18.6.12


Abro mis ojos, te veo, boca semiabierta, ojos cerrados, te acaricio. Me muevo a una posición fetal más cómoda para conciliar el sueño y tu brazo acompaña este baile, me abrazás. En tus brazos yo siento que voy a vomitar algún tipo de animal mítico lleno de arco iris y eso me repugna.  En tus brazos, a la vez, agradezco estar. En esta cama, en la que he vivido un par de sueños más, me gusta estar. Pero nadie puede ayudarme a comprender toda esta encrucijada que se arma en el medio de los dos, que estamos abrazados pero a la vez tan distantes.